Esta es la forma más obvia de decirle a una chica que te gusta después de la primera, por supuesto, es decir, decírselo directamente, sin compromisos ya medias tintas.

Coquetear con ella es una de las maneras más divertidas de decirle a alguien que te gusta, ya que el coqueteo puede agregar muchos matices a diferentes situaciones.

Habla sobre dinero, deudas y problemas legales

Cuéntanos cuánto ganas y gastas al mes, ahorras para algo en particular, te gusta viajar o salir a comer, etc. . Tanto si tienes una cuenta de ahorros, como si tienes deudas, es importante hablarlo para que nuestra pareja no se entere por terceros y no se enfade. Si tiene o ha tenido problemas legales, es importante hablar sobre esos problemas y evitar sorpresas.

Cuando se inicia un proyecto de vida, todas las decisiones (incluidas las relacionadas con el dinero, sobre todo si es dinero en general) es importante que se discutan y tomen en conjunto, que sean coherentes con lo que se va a hacer y que nadie toma decisiones sin consultarlo.

Recuerda un momento romántico.

Lo bonito de ser pareja es que nadie más tiene una historia de amor como la tuya. Los dos comparten una historia especial llena de recuerdos y experiencias únicas en su historia de amor. Es buena idea comenzar tu carta recordando un momento romántico. Esto ayudará a encender la llama de los sentimientos entre ustedes. Puedes elegir recordar el día que se enamoraron, la primera cita o las primeras vacaciones juntos.

Mucha gente prefiere recordar la hora en que se conocieron. Puedes decir algo como esto: “Nunca olvidaré el día que te conocí. Te conocí en el centro comercial, llevabas un vestido azul y el pelo suelto. Tu belleza captó mi atención y tu sonrisa me cautivó por completo. Me tomó un tiempo reunir el coraje para hablar contigo, y tan pronto como lo intenté, me congelé y olvidé mi nombre. Estaba tan nervioso y avergonzado, y te reíste de manera amistosa”.

Relaciones que utilizan la culpa

Reproches constantes sobre hechos pasados ​​que parecen tener que corregir constantemente. Hagas lo que hagas nunca es suficiente para borrar el error que cometiste hace mucho tiempo.

Además, tú siempre tienes la culpa de tus discusiones y de su incomodidad.

No te pones límites.

Dejaste que te viera solo como su amigo o te llamara ese adjetivo cuando deberías habérselo dicho o hacerle saber que te interesaba algo más que la amistad.

Incluso le permites mencionar a otros hombres o dar consejos sobre los que le gustan.