Soliloquios
Muchas personas, niños o adultos, hablan entre ellos y es una práctica común. En los primeros años, los niños experimentan jugando con las palabras. En las personas mayores, es una forma de proyectar sus emociones o una forma de pensar en voz alta.
Los usurpadores de la palabra
En general, son los que casi siempre inician la conversación. Aunque tampoco importa mucho, si lo pones en marcha, inmediatamente te verás privado de tu piso.
Y lo harán para aportar una idea sobre sí mismos, una experiencia que hayan tenido y que te quieran contar, un conocido que también te quieran contar… o su propia opinión, que, como decía, siempre será el mejor o al menos el más interesante.
Salud
Si tienes problemas de salud, si te preocupa o si tienes que tomar una decisión importante al respecto, no lo dudes. Es fundamental que compartas estos problemas, preocupaciones y dilemas con tu pareja.
Una de las claves es que los dos pueden apoyarse en las buenas y en las malas. Para eso hay que dejarse ayudar. Además, tu pareja agradecerá que lo tengas en cuenta en tus decisiones.
Soledad. ¿Problema o consecuencia del problema?
Me sentía solo porque no me sentía bien conmigo mismo.
Si no me amo a mí mismo, ¿cómo podrían amarme los demás?
¿Con quién hacerlo?
Cuando necesito hablar con alguien, no todos pueden ayudarme. Esto es algo que debemos tener claro desde el principio. A veces, por mucho que una persona nos ame, puede que no sea la indicada por diversas razones. Vamos a analizarlos en detalle.
- Cuando le contamos a alguien lo que nos duele y nos preocupa, necesitamos a alguien que respete la privacidad. Lo último que debería pasar es que lo que decimos se comparta con un tercero.
- Necesitamos a alguien que sepa escuchar y estar presente. Nada más. Lo último que debe hacer la otra parte es darnos su opinión, refutar lo que decimos, hablar de lo que haría en nuestra situación.
- Esta persona debe ser alguien que no nos juzgue, cuestione o critique lo que decimos. Si esto sucede, es posible que nos encontremos muy mal.
- Asimismo, es necesario que esta figura tenga esos rasgos que tanto facilitan la comunicación emocional: empatía, cercanía, escucha activa, sensibilidad, humanidad…