Estaba buscando recursos y ejercicios para mejorar la habilidad de hablar de un paciente con ansiedad social y encontré este video de Malavika Varadan con 7 técnicas muy fáciles de recordar para iniciar una conversación. Sus recomendaciones son tan buenas que las pondré en práctica en mi vida personal y tal vez te ayuden a ti también.
- La primera conversación es la puerta: Piensa en la conversación como una oportunidad para aprender y experimentar cosas nuevas. Solo atrévete a acercarte y comenzar una conversación. Mantenlo simple, con un saludo y una sonrisa puedes empezar sin problemas.
- Haz preguntas reales y personales: olvídate del clásico “cómo estás”, “bien, y tú”. No temas hacer preguntas personales como “¿de dónde eres?”, “¿cómo llegaste a esta ciudad?”, “¿cuál es tu trabajo?”, “¿cómo elegiste esta carrera?”, etc. las personas deben compartir sus experiencias y su vida. Por supuesto, siempre habrá límites sobre qué preguntar, pero tales preguntas suelen ser buenos disparadores para conversaciones más valiosas.
- Encuentra “yo también”: encuentra intereses comunes. Nada mata una conversación más rápido que centrarse en las diferencias y los aspectos negativos.
- Haz un cumplido único. Da un cumplido sincero y único a la persona con la que estás interactuando.
- Pide una opinión: Todos tenemos opiniones. Encuentre un tema común y simple para mantener la conversación y, cuando sea el momento adecuado, pida la opinión de la persona.
- Estar presente: seguir la conversación y escuchar atentamente. No te entretengas con un celular o cualquier otra cosa. Mira a la persona a los ojos y conecta con el momento.
- Nombre, lugar, animal o cosa: Toma algunos elementos de una conversación y nómbralos o parafraséalos mientras hablas. De esta forma demostrarás que has escuchado activamente la conversación, además de obtener puntos para futuras conversaciones.
NO: COMENTARIOS INVASIVOS
No todas las personas tienen el mismo humor y gusto; Al iniciar una conversación, tenga mucho cuidado con los comentarios personales que pueden resultar intrusivos, incómodos o incluso ofensivos.
¿Comentarios sobre el peso o la edad? ¡En serio! Guárdelos para las personas en las que antes confiaba. No asumas cosas de las que no estás seguro. Por ejemplo, si un hombre mayor se te acerca con una mujer joven, no pienses: “¡Qué hija más grande tienes, graduada!”. No será que me responda: “Ella no es mi hija, es mi esposa” o algo así. Simplemente preséntese y pídales que se presenten antes de hacer los cuatro.
¿Cómo iniciar el proceso de transformación?
Bueno, lo primero que debes determinar es dónde tienes debilidades. No todos estamos al mismo nivel, y sin duda habrá quienes no sean capaces ni de mirar a los ojos a los demás cuando pasen por su lado.
Entonces, tienes que tener una visión holística de tus capacidades… Esto implica la pregunta: ¿Puedo al menos sonreírle a un extraño?
¿Cómo mantener esta conversación?
Bien, ahora sabemos cómo podemos intentar iniciar una conversación. Pero, ¿qué podemos hacer para mantenerlo?
- Mantén el contacto visual
- Da retroalimentación a la otra persona, hazle saber que estás escuchando: asiente con la cabeza, usa expresiones como “mmm”, “uh”, “por supuesto”. , ” etc.
- No interrumpas al interlocutor, deja que termine de hablar antes que tú.
- Asegúrate de que lo que dices esté relacionado con lo que dice la otra persona, o presta atención
- Usa información sobre ti y lo que has aprendido de la conversación como base para preguntas y comentarios que a la otra persona ya no le interesa
- Dar respuestas abiertas, no solo sí o no
Somos sociables aunque insistas en lo contrario
Te acuerdas cuando Eras niño todo era un juego y si algo te atrapaba Si estabas nervioso, lo interpretabas como emoción, no como miedo. Probablemente no le costó nada ir a la casa de su nuevo vecino y preguntarle si podía entrar y conocer a su hijo. Algunas de las mejores amistades que he hecho en mi vida de esta manera.
¿Qué ha cambiado para que ahora nos aislemos y suframos ansiedad en las reuniones sociales? Bueno, los últimos años nos han mostrado la cara amarga de la sociedad. Después de ser rechazados varias veces, aprendimos a no hacer todo lo posible tan felizmente.
