Una discoteca es probablemente uno de los lugares donde es más fácil conocer gente o incluso coquetear con una mujer que te parece atractiva. Este es un lugar donde las chicas saben que alguien probablemente les hablará por la noche, y las luces y algo de alcohol te harán aún más interesante de lo que eres. Sin embargo, muchos hombres no parecen tener mucho éxito en esta lucha. Quizás las cosas mejoren si siguen algunos de estos trucos para ligar en una discoteca.
1. Elige bien tu asiento
Transmite confianza con el lenguaje corporal
En una discoteca suele haber mucho ruido y no es fácil entender a todo el mundo En otras palabras, porque el lenguaje corporal es responsable de muchas de las primeras señales de coqueteo.
Tu objetivo es tener más confianza, pero al mismo tiempo no coquetear “demasiado”. Esto puede ser muy difícil, por eso te damos algunos consejos útiles:
A.1 Cuándo usarlos
Este tipo de piropos parecen dar ciertos resultados solo para seducir a personas desinhibidas, que son buscando una inundación corta. Un conocido estudio encontró que funcionan mejor cuanto más extrovertida es la persona que recibe la frase.
Otros estudios también confirman que este es el tipo de frase menos valioso (especialmente entre las mujeres) porque se asocia con bajos niveles de inteligencia y honestidad.
Analiza el entorno
Puedes llevar a una chica hermosa (puede ser una amiga cercana). En la discoteca, la rivalidad entre las damas llega a su máximo. Además, con una hermosa chica en tus brazos, no dejarás de causar envidia entre los chicos y atraerás la atención de las chicas. Baila con ella de vez en cuando sin hacerte demasiado daño. Esto agudizará la curiosidad e intrigará a las chicas.
No te pares frente a la primera chica que veas. Tómese el tiempo para caminar por la habitación con su pareja y considere todas las posibilidades.
Ejemplo de iniciar una conversación con
– Tú y tu espejo mágico deben tener cuidado. Al verte usando ese atuendo sexy de rockero, no pude evitar acercarme para hablar contigo —ladré, mostrando el deseo sexual que me enciende. Lo que implica ciertos riesgos.
“Sí, tienes poco control”, responde con calma.