Entre las dificultades que enfrentó como obispo durante sus dos años en la capital, dijo Hilario González, estuvo la falta de un llamado al matrimonio, lo que lo llevó a alentar a las parejas a santificar su relación ante la iglesia.
Enfatizó que el matrimonio cristiano debe ser valorado, mencionando que el Papa llamó al matrimonio un don de Dios, y no solo una decisión de dos personas que se gustan y se gustan.
¿Qué dice Dios sobre la unión libre?
Cualquier relación íntima fuera del matrimonio se considera fornicación o adulterio. La Biblia es muy clara acerca de esta unión.
A menudo ves estos patrones en personas que no son de la iglesia y luego cuando reconocen a Jesús. Algunos de ellos se preguntan si es correcto permanecer en esta unión.
¿Es pecado vivir en unión libre?
¿Es malo vivir en unión libre? A los ojos del Creador, tal actitud está mal.
1 Corintios 6:16-18 – El adulterio es inaceptable porque significa ser “una sola carne” con alguien que no sea el cónyuge legítimo. “Una sola carne” se refiere al plan matrimonial original de Dios, que coloca la unión sexual en el matrimonio (Génesis 2:24).
Lo que dice la Biblia acerca de la unión libre
1.- En ninguna parte de la Biblia aparece la expresión “unión libre”. Esta condición de la pareja se ha extendido en la sociedad para evitar el matrimonio porque el matrimonio es una unión legal. Cuando hablamos de unión legal, entendemos que entran en juego leyes y autoridades civiles, religiosas y divinas.
2.- Pero hay muchas indicaciones para los casados, para los casados y las casadas. Incluso compara la relación matrimonial con la relación de Cristo con su iglesia.
Cuando los deberes maritales no se cumplen, la comunidad debe intervenir, condenarlos y castigarlos.
El matrimonio es invención de Dios (Gén. 2:18), Él lo creó, lo diseñó, lo definió y Él pone las reglas. Podemos definirla como una relación de pacto ante Dios, celebrada en un evento o anuncio público, de por vida, entre un hombre y una mujer, adultos que no están emparentados directamente, pero pertenecen al mismo yugo espiritual, con fines específicos diferentes y con muy pocos puntos de salida. Fíjense bien: no es un “contrato”, no es “probamos lo que definimos”, sino un pacto: un acuerdo hecho entre dos o más partes ante Dios, en el cual se comprometen mutua y voluntariamente a respetar y cumplir una serie de condiciones bajo pena de condenación o castigo. Y es que con el matrimonio se imponen ciertas obligaciones y derechos. Del hombre:
- Amor (1 Ped. 3:7; Ef. 5:25)
- Lealtad (Not. 13:4; Deut. 22:22-24, 29) )
- Instrucción y educación (1Cor.11:3; Ef.5:23)
- Provisión económica (alimento y vestido) y sexual (1Tim.5:8, Ex.21:10 , 1 Cor.7:3-4)
- Protección (He.4:14)
- Educación (Prov.1:8; 3:12; 4:1; 6:20; Efesios 6:4; Colosenses 3:20)