Escena de Harvey. Imagen: Imágenes Universales.
El antropólogo Robin Dunbar ha estimado que ciento cincuenta es el límite de personas con las que un ser humano puede tener una relación estable. La capacidad cerebral marca este límite, y parece que las tribus humanas generalmente lo respetan y no crecen más. La vida de los ciento cincuenta y uno debe ser miserable. Por supuesto, no todas las relaciones son igualmente complejas, y el propio Dunbar observa una curiosa correlación en varias especies que vincula el tamaño del cerebro con el comportamiento social. Los animales monógamos tienen más cabezas. Dunbar lo asocia con pensar largo y tendido con quién y las complejidades de la coexistencia prolongada, pero otra forma de verlo es que muchas relaciones breves queman menos células cerebrales que las relaciones a largo plazo.
¿Qué significa tener pocos amigos?
Tener pocos amigos significa que tienes un círculo social más pequeño que la mayoría de las personas, es posible que tengas poco o ningún contacto con otras personas, o que tengas algunas personas selectas en tu vida.
La cantidad de amigos que tienes también puede ser relativa, algunas personas que tienen pocos amigos no tienen muchos porque no quieren hablar con nadie, mientras que otros desesperadamente no quieren más amigos pero no pueden hacer el suyo.
Mantente cerca de tus amigos
En un estudio realizado en una academia de policía, los investigadores descubrieron algo sorprendente. La mayoría de los grupos de amigos tenían una cosa en común: la inicial de su apellido.
¿Cómo es esto posible? ¿Es suficiente compartir la primera letra del apellido para crear una amistad?
No juzgues a los demás
Tal vez no tener amigos se deba a tus propios prejuicios. Si cada persona que conoces te parece inadecuada, tal vez deberías ser menos “exigente” o dejar de lado las apariencias. Dale al otro la oportunidad de conocerlo mejor.
Si bien es posible que te hayan lastimado en el pasado, esto no debería hacer que te pongas una armadura que te impida tener relaciones abiertas y saludables con los demás.
Amistades virtuales y polarización
Al comentar sobre el estudio estadounidense, Damon Linker señala en The Week que la caída en el número de amigos en este país “proporciona una poderosa (aunque probablemente solo parcial) sociología explica por qué nuestra política se ha vuelto mucho más polarizada en las últimas décadas.
Según Linker, la interacción física durante una conversación cara a cara limita y modera la tendencia general de nuestra mente a “dejar ir” las ideas, teorías y prejuicios que desarrolla nuestra imaginación, y que también a menudo nos llevan a confirmar acríticamente nuestros puntos de vista, incluso a absolutizarlos. Por otro lado, la polarización encuentra terreno fértil en las redes sociales, ya que falta el freno al “cara a cara”. Citando a Hanna Arendt, el autor recuerda que los regímenes totalitarios europeos se vieron facilitados por “el hecho de que la soledad se había convertido en una experiencia cotidiana”.