¿Quién es la mujer en la relación? De hecho, a casi todos los hombres homosexuales que tenemos pareja nos hacen esta pregunta. Y seré muy honesto, nadie lo es, nadie asume este papel, nadie se quita el pene para convertirse en mujer al tener relaciones sexuales, y no se lo quita para vivir con la pareja algún día, hoy. Este cuestionamiento es irritante, sin tacto y de muy mal gusto.
En la cama, los roles pueden ser como posiciones inter, pasivas o activas, sobre la penetración en las relaciones sexuales, es decir: quien la pone y quien la recibe. Y por supuesto, recuerda siempre que es muy necesario en estos asuntos, ser higiénico, usar preservativo y lubricante.
Además de activa, pasiva y versátil
Recientemente, Grindra ha agregado nuevas categorías sexuales a los perfiles de sus usuarios en el cuadro de “posición” (rol de género). Antes solo tenía las categorías de activo, pasivo o polivalente, pero ha cambiado con la reciente incorporación de “vers active”, “vers pasivo” y “side”. Además de las dos primeras, que son una variación de “versátil”, la que suele confundir a muchos usuarios es la opción “lateral” (no tiene traducción, pero significa “siguiente”). “Side” es un rol sexual en el que la persona prefiere interacciones sexuales orales, eróticas y otras prácticas que no son penetrantes o son penetradas. Si bien podemos considerar un paso adelante la inclusión de estos roles sexuales en una aplicación tan destacada como Grindr, no podemos olvidar que parte de un sistema categórico que atrapa a las personas en roles que se presumen predeterminados e inmutables.
La sexualidad humana no puede reducirse a meros roles sexuales predeterminados. La procreación y el placer no son las únicas funciones de los genitales humanos y dentro de la sexualidad humana existen innumerables áreas que pueden explorarse. Pretender que las personas se limiten al uso de sus genitales puede entorpecer el pleno desarrollo de su sexualidad. Por eso, al aceptar que existe la diversidad, nos damos la oportunidad de explorar otras zonas del cuerpo que pueden ser tanto erógenas como eróticas. Además, podemos ver los instrumentos del placer personal y compartido como elementos complementarios a nuestro placer y no como “consoladores” cuando no hay nadie con nosotros.