La vida social se define como la que las personas desarrollan en el contacto con sus iguales, en la familia, en el trabajo, en la universidad, en el barrio, etc. Es casi imposible prescindir de la vida social, ya que desde el momento del nacimiento percibimos y sentimos la existencia del otro, pues por naturaleza somos seres sociales. En la actualidad, la comunicación entre las personas se ha visto facilitada en gran medida por la eliminación de las distancias a través de medios de comunicación como el teléfono o el chat.
La vida social se rige por normas y costumbres sociales que favorecen la buena y armoniosa convivencia (respeto mutuo, solidaridad, bondad, tolerancia) y favorecen la plenitud de las personas complementándose y expresándose en la interacción, y configuran dinámicas sociales. De él surgirán la amistad, el amor, así como decepciones o resentimientos, que también contribuirán a la formación de la personalidad de cada uno de ellos. En la vida social, cada sujeto estará enmarcado en una categoría de la que se espera un determinado comportamiento (expectativas). No es lo mismo integrar a hombres y mujeres adultos que integrar a jóvenes. Se espera que los primeros sean más maduros y responsables que los jóvenes, aunque esto no siempre es así en la práctica.
Comunicación e interacción
Otra forma de entender la vida social es relacionarla con las acciones que una persona realiza en contacto con otras personas. De esto se desprende que todos los individuos, en mayor o menor medida, tienen una vida social, ya que no hay persona que pueda vivir en absoluta soledad y sin interacción con el medio.
Sin embargo, no podemos olvidar la existencia de alguien que es conocido como un ermitaño. Se trata de una persona que voluntariamente decide vivir sola en un lugar completamente deshabitado para poder llevar una existencia completamente dedicada a algún tipo de oración o meditación, en primer lugar. En otras palabras, deja completamente de lado lo que es la vida social.
Falta de vida social: cómo superarla
El primer paso es aplicar a la dieta la “tolerancia” y los “defectos” que hay en uno mismo, lo que significa ser muy tolerante con los demás y con lo que ellos hacer y que entiendas que no eres perfecto. El problema de una persona que no lleva vida social es que tiende a despreciar a los demás por sus imperfecciones, todas las malas noticias que pasan, creen que no le concierne, que es como una especie diferente, y esto solo aumenta su falta de vida social. la vida.
Es muy fácil juzgar, pero es muy difícil juzgarte a ti mismo.
Independiente y autosuficiente
Como prefieren evitar socializar, tiene sentido que alguien antisocial sea más independiente y autosuficiente. Si aprenden a hacer las cosas por su cuenta, entonces no necesitan pedir ayuda a nadie.
De esta manera satisfacen su deseo de reducir los contactos sociales solo en temas importantes. Por esta razón, las personas antisociales suelen ser buenas en tareas que requieren mucha concentración, como aprender.
Características de la vida social
Siguiendo con la idea anterior, las personas extrovertidas y extrovertidas son las que llevan una vida social más activa. Estas personas son más diligentes para salir, juntarse con otras personas y conocer gente nueva sin ningún problema. Sucede lo contrario con las personas tímidas e introvertidas a las que les cuesta un poco más entablar conversaciones o relacionarse con los demás.
Porque somos seres sociales, mantener una vida social activa y estimulante es parte de un estilo de vida pleno y saludable. La relación con otras personas se considera otra necesidad básica que debemos satisfacer. Por eso es importante estar más abierto a interactuar con otras personas, conectarse con ellas y salir de vez en cuando.